martes, 21 de abril de 2015

Como en casa, ningún sitio

Mientras pensaba el título de la entrada de esta semana he recuperado el auténtico espíritu del blog. Pienso en la comida del pasado viernes en casa de nuestros amigos Germán y Eugenia y se me esboza una sonrisa en la cara. No sé si será por las marineras de Germán con una ensaladilla espectacular y unas anchoas de lujo o por su desbordante e irónica imaginación al describirlas: "Sobre una base de crujiente circular de trigo se asienta una sinfonía de patata, mayonesa fina y recuerdos de bonito coronado con anchoas de Santoña", el caso es que fue una velada extraordinaria en donde solo la compañía estuvo por encima del menú que degustamos. 

Si a esto le sumas una selección de ibéricos, unos quesos extraordinarios, un menú compuesto de ceviche de gamba, redondo de ternera con confitura de naranja y puré de patata trufado y un mouse de chocolate con avellanas de postre, la cosa ya se pone seria.

Sin duda alguna "Como en casa, ningún sitio" podría convertirse en la nueva sección del blog. Ya son varias las semanas que llevo escribiendo sobre algunos restaurantes que visitas y de los que sales tremendamente decepcionado. Sitios que te generan unas expectativas  antes de ir,  con muchas aspiraciones pero que al final  la falta el trabajo, atención, cariño y servicio y sobretodo, el precio que al final te cobran, los convierte en decepcionantes. 

La del pasado viernes, la cena a base de quesos y vinos en casa de Santi y Bea  o la fondue de Guillermo y Claudia hace unas semanas (Otros grandes amigos con los que solemos compartir manteles)  son un claro ejemplo de lo que el buen gusto, la ilusión y el cariño pueden hacer; convertir una simple reunión de amigos en un auténtico encuentro Epicure. Desde la preparación del aperitivo con una cerveza bien fría, unas marineras y esos quesos fabulosos, pasando por la preparación de la mesa tan bien dispuesta y los suculentos manjares que por ella circularon y acabando con un Lagavulin 16 y un buen Partagás, todo fue perfecto. Hacía mucho tiempo que no probaba un ceviche tan bueno, con un marinado muy suave pero sin perder ese gusto cítrico tan particular. La carne suave, jugosa, con esa confitura de naranja tan acorde al plato y el puré de patata trufado del que hubiese repetido tres veces si no fuera porque tenía que guardar un rincón para el mouse de chocolate con avellanas que hizo las delicias de toda la mesa. Sin duda alguna, el elenco de bebidas que maridaron la cena merece un punto y aparte. Si hace unas semanas mi amigo Santi me sorprendía con "La nieta" (D.O. Rioja) sobre el que escribiré próximamente, el blanco que tomamos con el ceviche el pasado viernes es el mejor que he tomado en mucho tiempo: "As Sortes" (D.O. Valdeorras). Germán, tirando de generosidad, orgullo y raíces nos plantó un blanco en la mesa que fue el punto de partida de unos maridajes que creo tardaré tiempo en repetir.

Los momentos previos a probar este blanco me generaron una expectación importante. No es para menos viniendo de una bodega que lleva el sello Rafael Palacios, el menor de los hermanos de la familia. Su padre fundó la Bodega Riojana Remondo en 1948 y su hermano Álvaro es el responsable de uno de los grandes del Priorato "L'Ermita". Unos matices salinos muy sutiles, madera bien integrada y notas cítricas que recuerdan al pomelo...¡Espectacular!

Dentro de los tintos,  "Lacima"  2008 (Ribeira Sacra) fue otra de las novedades para mi paladar. Monovarietal de mencía, una de las particularidades de este vino es que la uva procede de tres viñedos distintos, uno de más de 50 años a 400 metros de altitud, un segundo de 60 a 90 años a entre 350 y 400 metros y el último, con cepas de 50 a 80 años a más de 500 metros. No tiene una graduación excesiva (13º) y tiene unos matices espectaculares en nariz, muy mineral con matices a frutas del bosque que anuncia un final largo pero que, por poner un pero, no es así. Es sabroso e intenso pero le falta algo de contundencia al final. El final contundente lo puso mi gran descubrimiento de hace un par de años: "Mas de les Valls" (D.O. Priorato) uno de los caldos que se ha convertido en mi vino de cabecera desde que lo descubrí. Mucha atención a este vino elaborado por Celler Devinssi, enclavado en el pueblo de Gratallops y al que voy a dedicar un artículo en breve. Elaborado a base de garnacha, cariñena y cabernet sauvignon es el hermano menor del famoso y premiado "Rocapoll" estrella de la bodega. "Mas de les Valls" es un vino contundente con unos matices en nariz a frutas del bosque, vainilla y madera y que en boca su punto más fuerte es la larga persistencia. Ni os cuento como maridó con la carne, la confitura y el puré de patata trufado...


Un Mousse de chocolate y avellanas maridado con una copa de Veuve Clicquot, un buen Lagavulin 16 y un Partagás fueron el corolario perfecto a una cena auténticamente Epicure. Muchas gracias a los anfitriones y al resto de compañía. Nunca las palabras de Laura Ezquivel cobraron tanto sentido... Uno es lo que come, como lo come y con quién lo come. Ahí queda eso... ¡Feliz Semana a todos!


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