jueves, 27 de octubre de 2016

Bodega Son Mayol. Un proyecto ambicioso

Ayer por la tarde tuve la oportunidad de asistir a la inauguración de la Bodega de Son Mayol, ubicada en la misma finca en donde se crían las reses de la prestigiosa raza del Aberdeen Angus. En un entorno realmente espectacular se alza imponente la Bodega diseñada por el arquitecto Javier Campos cuyas formas y construcción se integran perfectamente con el paisaje que ocupan sus 20 hectáreas a los pies de la Serra de Tramuntana.

Después de la visita a la bodega de la mano de la Directoria Técnica y enóloga Marie Barbé lo primero que queda claro es que en este proyecto no se ha dado ni una sola puntada sin hilo. Las dos variedades utilizadas en la mezcla de los caldos son toda una declaración de intenciones: Cabernet Sauvignon y Merlot. No en vano, Marie Barbé dejó claro que el producto que buscan se aleja totalmente del perfil de un vino mallorquín para acercarse al concepto de un vino de Burdeos. Esta idea que inicialmente podría parecer de una ambición desmedida se acerca a la realidad cuando te explican que el proyecto cuenta con el asesoramiento de Patrick León responsable entre otros del famoso Chateau Mouton Rotschild.

El resultado de todo este esfuerzo ha visto la luz con las primeras 7.000 botellas de unos caldos que no dejarán  indiferente a nadie. El Primer Vin, es el resultado de una mezcla al 50% de Cabernet Sauvignon con Merlot y una crianza de 12 meses en barrica. Un vino que en nariz es tremendamente afrutado y que  en boca trasmite una explosión de sabor que hacen de él un vino fácil de beber y maridar. Por otro lado, el Gran Vin, 60% Cabernet y 40% Merlot es la joya de la corona, más complejo que el anterior que marca el inicio de un objetivo más que ambicioso, crear el mejor vino de Mallorca. Sin duda alguna están en el buen camino, lo que está claro es que de momento ya tienen el récord de hacer el más caro de la isla con los cerca de 70€ la botella para su Gran Vin. El proyecto, su producto y el equipo que trabaja en Son Mayol justifican el precio de un vino del que oiremos hablar en más de una ocasión y que a buen seguro será, por su trayectoria y posicionamiento en el mercado, una de las grandes novedades del año en el sector.

lunes, 17 de octubre de 2016

Reflexiones entorno al ritual del asado, la contemplación gastronómica y otros aspectos del yantar.

Cuando las primeras comunidades neolíticas empezaron la domesticación de animales y a cocinarlos con fuego, hubo un cambio en la humanidad sin el que probablemente nosotros hoy en día no existiríamos y de hacerlo sin duda no sería bajo la apariencia de un homo sapiens sapiens. Sin duda estos acontecimientos fueron la base para que esas primeras comunidades prehistóricas crearan entorno a la comida y el fuego todo un ritual ancestral que generaría lazos trascendentales dentro de esos primeros habitantes de la tierra. 

Antes de que llegaran los grandes descubrimientos del fuego y la domesticación, los grupos -ni tan solo comunidades- de homínidos vagaban por las estepas cazando y recolectando para sobrevivir. La lucha por el alimento fue probablemente motivo de enfrentamiento entre esos primeros grupos en donde el concepto de compartir o comer en comunidad estaba muy lejos de su realidad de supervivencia. La caza en grupo fue la antesala de la transformación de estas comunidades en sociedades sedentarias y probablemente tribales. La domesticación de animales consolidó este modo de vida que poco a poco acabaría convirtiendo la alimentación en ritual y forma de vida creando lazos entre las comunidades que fueron la antesala de sociedades complejas. Así, desde la prehistoria y pasando por todas y cada una de las cuatro grandes civilizaciones de la antigüedad, el ser humano ha utilizado el banquete como ritual de celebración de eventos de especial relevancia. Desde el banquete de Alejandro Magno cuando conquistó Babilonia hasta el solomillo relleno de jamón y champiñones envuelto en hojaldre que el chef del Duque de Wellington le cocinó para celebrar con sus generales la victoria frente a Napoléon en Waterloo, la comida ha representado un vinculo de unión poderoso para el ser humano.


Será mi formación como historiador, las ganas de explicar las experiencias como profesor y mi pasión por la gastronomía que hacen que detrás de cada reunión epicúrea en donde van asociados los conceptos de familia, comida y amigos haya un deseo irrefrenable de proyectarlo todo hacia la historia recordando las famosas palabras de Laura Esquivel que en unas de sus máximas dijo una vez que en la vida uno es "Lo que come, cómo lo come y con quién lo come". Pues bien, este fin de semana yo comí un cabrito asado al estilo argentino en una reunión familiar de primos cuyos periplos gastronómicos ya son famosos en las isla, no en vano el curriculum de cada uno de ellos es ya historia de la isla. Biel Llabrés, tercera generación a los mandos del famoso Bar Mavi, su hermana Joana y Miquel Vallés al mando del horno de Ca s'Arquitecte de donde salen las mejores pizzas de la isla y el que desde este domingo se ha confirmado como Maestro Arquitecto de los asados, Jordi Company.  El cordero asado al estilo argentino que se marcó este fin de semana el amigo Jordi le ensalzó al templo gastronómico de las quedadas gastrológicas y los momentos que pasamos entorno al fuego y al corderito que hizo las delicias de nuestros paladares a la hora de comer, fueron fabulosos. Como aquellos primeros grupos se reunían entorno al fuego en donde la comida se adscribía a un ritual simbólico, nos juntamos nosotros en Son Palou para convertir al pobre cordero que pastaba a sus anchas unos días antes por la finca en tótem epicúreo de una gastrojornada memorable.
No menos memorable fue el frito mallorquín que también preparó el héroe de la jornada que calentado a las brasas pudimos tomar de aperitivo junto con una coca de verduras y otra de cebolla con gorgonzola que le haría saltar las lágrimas al mismísimo muñeco de la guía Michelín. 

Sin duda alguna estas reuniones no serían lo mismo sin una cuidada selección de caldos que bajo el amparo de Baco en esta ocasión confiamos al no poco conocido Pago de los Capellanes que en su versión de magnum litro y medio regó a la perfección el elenco de viandas.

Después de todo esto, a ver quién se atreve a acoger la próxima reunión; el listón está alto. Lo estaba ya después de las reuniones anteriores que no fueron moco de pavo, pues el pollo al curry de Susana Murguía, el "pa amb olí i figues" mi ya tradicional arroz de verduras y bacalao o el exquisito salmorejo de Helena Llabrés, que en su momento llenaron las páginas de este blog, fueron realmente espectaculares. Pero las cosas como son, nuestro arquitecto de los asados se ha superado y después de esta fantástica reunión ha tirado el listón por los aires... ¿Alguien se atreve a recogerlo? ¡Feliz semana a todos!





lunes, 3 de octubre de 2016

Restaurante Quadrat Hotel San Francesc. Cuando el servicio no está a la altura del cocinero

Forjado en las cocinas de algunos de los más afamados restaurantes de la guía roja y con más proyección como el Miramar con dos estrellas o la Dolce Vita by Nando Jubany con una, Simon Petutsching ha aterrizado en Mallorca con una propuesta gastronómica de altura que no deja indiferente a nadie. Llevaba tiempo buscando algo nuevo en Palma en donde disfrutar no solo de un gran menú degustación si no que detrás se escondiera la visión de un artista al mando de unos fogones, la idea de transmitir ideas a mediante platos con una creatividad desbordante. Sin duda alguna el menú degustación que probé hace unas semanas en Restaurante Quadrat del Hotel San Francesc en Palma cumplió con creces las expectativas creadas por el chef de origen austríaco.

El cremoso de Maíz a la brasa con ceviche de tomate y aguacate fue la antesala de un menú espectacular pero también fue la primera muestra que evidenciaba un servicio en sala que ni de lejos estaba a la altura de las circunstancias. Un plato cremoso que se sirve con un crujiente cuya idea es comerlo precisamente con ese acompañamiento ha de ser explicado porque tiene una razón de ser.

El menú que probamos -que desgraciadamente solo lo sirven por la noche- tiene como último entrante un Dim sum de Pato Pekín con setas shitake confitadas que es una auténtica delicia.

La teatralidad a la hora de presentar un plato tiene sentido si hay un motivo creativo detrás de la elaboración o si al menos lo que comes está al nivel del emplatado y presentación. Una vez más se sirvió el plato sin más y volví a echar en falta una explicación del sentido del mismo porque además seguro que esa es la intención del chef que ha diseñado el plato y todo el menú.




El primero de los platos principales fue una merluza marinada en miso blanco con espárrago verde, gel de lima, escamas de bonito seco y lo que sin duda le dio el nivel al plato, un pil-pil de albahaca que hizo que se me saltaran las lágrimas.


El último principal fue el corolario perfecto que pone de manifiesto que detrás de los fogones de Quadrat hay mucho valor: Costilla de ternera Black Angus, Puré de zanahoria y citronela con "Chimuchurri" de yuzu y yuca al carbón. Una vez más eché en falta las explicaciones pertinentes sobre el plato pero solo al principio... fue tan bueno que al final no las necesité. Cada parte del plato que probé me iba susurrando al paladar que es lo que tenía delante. No era un simple costillar de angus si no una interpretación fantástica de como servirte una barbacoa sin encender unas brasas. Plato muy conseguido con una carne que después de ocho horas de cocción es deshuesada para elaborar una terrina extraordinaria y llena de sabor que contrasta a la perfección con la yuca que después de ser tratada con tinta de calamar se cocina a la brasa.


Apostaría porque Quadrat se podría convertir en una de los mejores de Palma con una proyección que huele a "bibendum" si no fuera porque el servicio de sala tienen  mucho que mejorar por no hablar de la carta de vinos y sobretodo la persona que te ayuda a escogerlos que en esta ocasión estuvo ausente. Tan importante es la comida que sirves como el personal que atiende y transmite con fuerza el mensaje del chef. Pese a todo, un referente más en Palma que conviene probar.