Cuenta nuestro Cronista de la Ciudad de Palma, D. Bartolomé Bestard Cladera, que las tertulias siempre han estado presentes en la vida de los palmesanos. Así empieza un gran artículo sobre El Círculo Mallorquín publicado en el Diario de Mallorca el tres de mayo de 2009 que recoge de forma magistral los orígenes de los casinos palmesanos y concretamente del que pone título a mi entrada de hoy. Muchas historias y anécdotas han tenido lugar desde su fundación. Tal vez la más sonada de todas es ese premio de lotería de navidad de 1886 que permitió hacer realidad una demanda que ya desde hacía años venía proponiendo uno de sus socios, Ernesto Canut. Precisamente bajo su supervisión y dirigiendo el proyecto el arquitecto Miquel Madorell i Rius se alzó el imponente edificio del Círculo Mallorquín que a día de hoy es la sede del parlamento Balear. Han pasado muchas cosas desde entonces, socios nuevos, grandes eventos e incluso otra sede, situada en la calle Concepción nº4. Entre las cosas que no han cambiado está la pasión por las tertulias que además, un grupo de socios hemos unido al mantel y a la mesa creando frecuentemente esos momentos epicúreos de los que, ya desde sus inicios, viene haciendo gala este blog.
No son pocas las ocasiones en que hemos hecho trabajar los fogones de la cocina del Círculo. En algunas ocasiones hemos recurrido también a chefs que han tenido bien venir a deleitarnos con los mejores platos de su repertorio. Entre ellos, destaca Pedro Sureda, en la actualidad Jefe de cocina de "Es pes de sa palla" restaurante de la fundación AMADIP, del que también ejerce como formador. Este joven cocinero que tuvo la ocasión de curtirse entre los años 2010 y 2012 como Jefe de cocina del grupo Iberostar nos ofreció una cena extraordinaria el pasado viernes. El menú se compuso de dos entrantes y un plato principal: Crema de apio, nabo y patata tirada con sifón y panceta ibérica, ensalada de dulce de membrillo, granada y caballa marinada con aromáticas para finalmente dar paso a una carrillada de ternera con verduras de temporada y setas salteadas. Como plato principal también se ofreció la posibilidad de tomar presa ibérica con la misma guarnición.
El menú resultó extraordinario. La crema tenía una textura de espuma realmente grata, una pena que solo se descubriera la panceta ibérica al llegar al final del vaso en la que se sirvió. Me quedé gratamente sorprendido con la combinación de la caballa marinada y el membrillo casero, hecho por el propio Pedro, una combinación de sabores atrevida. Hay quien comentó en la mesa que esa misma forma de marinar iría genial con el bonito (Queda anotado para el próximo evento). Para acabar la carrillada de ternera, tierna y jugosa acompañada de unas verduritas de temporada aldentes. Una velada extraordinaria con un menú a la altura de los comensales y de la tertulia que se derivó de tan magno evento que además sirve para celebrar mis más de 4000 visitas en el blog. Feliz semana a todos.