lunes, 6 de agosto de 2018

Volvemos a la carga... del chiringuito al Beach Club


Tras más de un año dejando al Epicúreo en barbecho por un exceso de actividad gastronómica-lúdico profesional, vuelvo a la carga con el deseo de relanzar mis entradas mensuales. Sois muchos los que me habéis escrito echando en falta mis crónicas. Os prometo que pese a que a la mayoría os he remitido al Mallorca a la Carta Magazine (Ahora Calle Gastronomía) que se publica el segundo jueves de cada mes con Última Hora, no tengo acciones con el periódico del grupo Serra.


Hubo un tiempo en donde el concepto de chiringuito, aunque ahora no lo parezca, tenía un aura de prestigio importante. Más sofisticados o menos, con una oferta gastronómica básica o más compleja, todos asociamos esta palabra al sitio de playa o mar, en donde nos resguardamos del calor a la vera de una cerveza bien fría y de una buena ración de chipirones o calamares. Todo esto por no hablar de la sofisticación que llegaba a tener una ensalada en este tipo de sitios. Sea como fuere, lo que está claro es que una buena ración de pescadito frito o unas rabas con una cerveza fría están más ricos si cabe si los tomas en una playita frente al mar. Con el tiempo, llegaron las sepias plancha, algún pescadito, selectos cortes de carne... así entraron los gastrobares en la fina arena de nuestras playas o en las rocas de nuestras calas y... voilà! Ya tenemos los Beach Club!!

Este verano he tenido la oportunidad de probar la oferta gastronómica de algunos de ellos. Cartas algo pretenciosas con aires de cocina elevada y precios desmesurados son, por desgracia, aspectos frecuentes en nuestras costas de Mallorca; de Ibiza y Formentera mejor no hablo. En cambio, he tenido la oportunidad de probar algunos que me han dejado realmente impresionado. Dejando a parte clásicos de los que ya he escrito en diversas ocasiones como Ca’n Gavella y recientemente Gran Folies Beach Club, en Andratx (Publicado en el nº 139 de Calle Gastronomía, Junio 2018). Me gustaría destacar Assaona, el antiguo Nasau. Después de una gran reforma, una reorganización conceptual de la mano de Cristina Pérez Paino (Schwaiger-Xinos) y una carta asesorada por el gran Gerard Schwaiger, el resultado es un Beach Club de mucho nivel. Tuve el placer de estar en la inauguración hace unas semanas y todo apunta a que su consolidación como local de referencia en Mallorca va a ser rápido, pero no le voy a dedicar un monográfico hasta que conozca mejor la carta y su oferta general que espero que sea en breve.


 De la intensidad gastronómica  de este verano iréis teniendo noticias tanto en mi blog, como en el la sección gastronómica de Cronotempvscollectors. Como adelanto, me he dejado caer por la barra de BRUT en Llubí, he seguido visitando, no tanto como me gustaría, la terraza de Schwaiger Xinos, la cocina de DINS Santi Taura, El Taller del Mar y en breve la siempre interesante propuesta de Joan Abrines en Ca’n Carrossa. El último de todos, que publico este jueves en Calle Gastronomía, Argos, nuestra Estrella Michelín en Puerto Pollença. Como siempre, todo experiencias realmente epicúreas que disfruto compartiendo con todos vosotros. Pese a los calores, ¡feliz verano a todos!