lunes, 18 de mayo de 2015

Montecristo Edmundo


El otro día tuve la oportunidad de probar un Montecristo Edmundo. Hacía tiempo que venía persiguiendo esta vitola porque como sabéis soy más fumador de su hermano pequeño del que ya escribí en su momento, el Petit Edmundo.

De fortaleza y sabor medio-fuerte el Edmundo proporciona una fumada muy agradable. Al igual que su hermano pequeño, las hojas provienen de las mejores Vegas finas del área de San Juan martínez y San Luis (Pinar del Río). Lo mejor de este habano es su combustión que pone de manifiesto la maestría de su maestro torcedor.

Su punto fuerte no es el final de la fumada, aunque el principio hasta la mitad de su parte media es realmente exquisita. En total, 55 minutos de fumada intensa. Muy destacable también la variedad de matices en los aromas.

Como siempre, la compañía que tuve durante la fumada estuvo a la altura del habano y como novedad, una lectura más que agradable, "El Universo del Habano" que recomiendo a todo amante de este mundo. El Edmundo de Montecristo se puede encontrar en tubo individual, caja de tres o caja de 25 unidades.




Casa Silvio. Entre Bocartes y Bogavantes

Casa Silvio. Entre Bocartes y Bogavantes
Javier Rapado Santaolalla
Observador-Corresponsal para Cantabria


Pues con motivo de la llegada del fin de semana, y tras unas semanas ciertamente estresantes, el pasado viernes nos reunimos unos cuantos amigos con ganas de pasarlo bien y con la idea entre ceja y ceja de disfrutar de un poco de marisco.

El elegido fue en este caso un tradicional Bar-Restaurante de la capital cántabra: Casa Silvio. En mitad del barrio de Tetuán, uno de los mas antiguos y simbólicos de Santander, nos encontramos con esta tasca marinera, sin alardes en su concepción pero con ese glamour incomparable que da la tradición, la leyenda y el sentirse como en casa apenas llegar a la barra y saludar a Mari, el alma de la casa prácticamente desde que tengo uso de razón y descubrí, este rinconcito de la mano de mis padres.

El servicio en este sitio es algo fuera de normal. Tras avisar a Mari de nuestras aviesas intenciones, nos sentamos a esperar sus proposiciones... Y éstas no se hicieron esperar!!!

La Doña nos fue preguntando sobre la marcha por nuestras preferencias y nos confeccionó el Menú con mimo y mucha cabeza, lo que nos supuso tener enfrente el plato adecuado en el momento y punto de cocción adecuado. Cuando hablamos de cocina de producto, la figura de Mari adquiere una importancia capital. 

No nos arriesgamos en el vino, Hdos. de Marqués de Riscal Sauvignon. Sin grandes alardes se trata de un vino de elevada intensidad aromática y un buen equilibrio ácido y de mineralidad, como consecuencia de su prolongado contacto con las lías finas, incluso una vez finalizada su fermentación. La sensación de volumen en la boca es más que apreciable.

Comenzamos con unas ostras. Su textura e intensidad de sabor aconsejaban dejar a un lado el limón. Pocas veces me han llenado de matices como esta vez. No soy un fan numero uno de las ostras, pero disfruté en esta ocasión, y mucho de estas preciosidades.

Uno de los platos que más me sorprendió fueron los bocartes (algo difícil por mi procedencia cántabra, y cierta tradición pesquera en la familia). Sin espina y con un rebozado ligero, fue un plato estrella, del que dimos cuenta con grandes elogios. Cabe destacar el pequeño tamaño de los peces, que en nada desmerecía el plato ni la ración. Mari nos comentó que este año el agua ha estado demasiado fría. Además el Bonito, primer depredador del bocarte se ha adelantado ligeramente este año, asomando pronto por las aguas de Vigo, lo que no presagia una buena temporada de bocarte. Estos sin embargo, fueron un verdadero escándalo.

Desfilaron a continuación, unas gambas rojas de Palamós al punto justo de sal, y solamente aderezadas a nivel de la cabeza, como rezan los puristas. Como suele ser normal cuando el producto es bueno, el dicho aquel que reza que en su cabeza está la mejor sopa que se puede encontrar en la naturaleza se cumplió a rajatabla. De nuevo incidir en que el orden y los tiempos en los que nos sirvieron los platos subió muchos enteros la calidad que de ellos percibimos.    
Esta Navidad, con motivo de la visita familiar que solemos rendir a Luis (Fundador del blog El Epicúreo) y su encantadora mujer e hijo, degustamos unas gambas rojas de Sóller en su mismo puerto. Para poder seguir colaborando con el blog no voy a decir que éstas eran mejores, pero sí que diré al menos, que juegan en la misma liga;) Y eso es mucho decir... Muchísimo

Llegó el momento nécoras a la plancha... Para los que nos gusta remangarnos y "bajarnos al barro" para pelear con esas patas, tenazas y carcasas, es un momento verdaderamente Epicure.


Centollo. Otra verdadero despliegue de frescura y buen hacer. Carne prieta dentro de las patas y una muy sencilla elaboración dentro de su caparazón: Huevo, vino blanco muy sutil o parcialmente evaporado y la propia carne del centollo....de nuevo algo imposible de hacer sin la materia prima de más alto nivel. La ternura de las patas rusas y su acertada presentación (corte) fueron otro de los momentos álgidos de la noche.

Finalmente llegó la estrella invitada de la noche. El Bogavante que os he presentado en la segunda foto de la crónica y que a estas alturas de la noche, en la mesa había sido bautizado como "Tenacitas" en honor al famoso Hommer, y su mediática familia.

  

Cual fue nuestra sorpresa cuando Mari nos presenta la bandeja con el morro torcido y nos comunica solemnemente que ese animal sería la cena de camareros y cocineros al no superar los estándares de calidad con la que suele agasajar a sus clientes y amigos.

Efectivamente la carne no sobresalía de las patas pero no era nada que llamara en absoluto la atención. Para ser un mes sin "r", me parecía un plato extremadamente solvente, casi al mismo nivel que el resto de la cena. Al parecer, había soltado demasiado liquido encima de la plancha. Pese a todos, dejo una foto para que juzguéis.


Dado el criterio del que Mari había hecho gala desde que entramos por la puerta, seguimos sus indicaciones y retiramos el plato. en su lugar, nos sacaron dos piezas de un tamaño ligeramente menor, del que no voy a comentar nada en absoluto, pero si que voy a compartir con vosotros. Sólo diré que mereció mucho la pena:)La atención y buen hacer de ésta señora, queda para los anales. Feliz semana a todos.